· La tensión durante toda la cumbre refleja una pérdida de confianza clara entre los países. · Se han malgastado horas y recursos humanos, y no se ha conseguido avanzar de forma clara en materia de mitigación y financiación. · Los paquetes de Balance Global, Adaptación, Financiación y Pérdidas y Daños hacen tímidos avances, lejos de la ambición necesaria. · Ecologistas en Acción se suma al llamamiento global para poner fin de forma rápida, justa y definitiva a los combustibles fósiles.
La división de los países en Bonn hace imposible cumplir con la ciencia y la justicia climática




Tras
dos semanas de encuentro en el SB58 de Bonn, la cumbre climática ha
cerrado este periodo de negociaciones. En ellas se esperaba que se
avanzara de forma significativa los documentos que tienen que discutirse
al más alto nivel político en la próxima COP28 que tendrá lugar en
Dubai. Sin embargo, las tensas discusiones
en torno a la inclusión del Programa de Mitigación y de nuevos puntos
en la agenda sobre incrementar el apoyo del norte al sur han ocasionado
el desperdicio de un valioso tiempo. Hasta el penúltimo día de las
negociaciones, los gobiernos no han sido capaces de acordar una agenda
pese al riesgo de desperdiciar lo poco conseguido durante las dos
semanas de trabajo.
Es la primera vez que sucede una aprobación
in extremis de la agenda en estos encuentros intersesionales. La
Presidencia de los grupos de trabajo llegó a declarar que esta pelea por
la agenda supone “un mal precedente” que espera no se repita. Por su
parte, Ecologistas en Acción ha señalado que esta actitud muestra cómo
se ha incrementado la distancia entre los países que ya quedó patente en
la pasada COP27.
El
incumplimiento del norte global en asumir los compromisos previos sobre
la financiación en mitigación, adaptación y pérdidas y daños, ha sido
una crítica constante manifestada por parte de muchos países del sur
global. Por ejemplo, el compromiso firmado en Glasgow de duplicar la
financiación en materia de adaptación todavía no se ha formalizado.
Mientras
tanto, continúa la hipocresía de actores del norte global —como EE UU o
la UE— que siguen hablando de incluir financiación privada o cambiar
los flujos de inversión, sin haberse preocupado por dar señales claras
sobre su contribución a una financiación pública adicional y estable
para los países más vulnerables de cara a reparar una pequeña parte de
la deuda de carbono histórica que acumula.
Por otro lado, la
conclusión del diálogo sobre el Balance Global, acordado en la cumbre de
Katowice en 2018, era sin duda el documento de las negociaciones que
más se esperaba. Un proceso en el que durante más de tres años se han
celebrado sucesivos encuentros para poner en común buenas prácticas y
medidas para incrementar la respuesta global en materia de mitigación,
adaptación y pérdidas y daños. Se suponía que la cumbre de Bonn iba a
ser capaz de cerrar estos diálogos con la elaboración de un borrador de
la estructura que debía incluir orientaciones sobre el contenido a
debatir en próximos encuentros.
Sin embargo, el resultado de
Bonn avanza una estructura meramente indicativa sin contenido relevante.
El documento final rebaja la ambición debido a las presiones de Arabia
Saudí, China y otros aliados en la última negociación del Balance
Global. Así, en lugar de terminar con un orden claro de cuestiones a
decidir en la COP28 encontramos un texto farragoso con cuatro opciones a
elegir. Como consecuencia, se sigue ahondando en la crisis de
credibilidad de estos encuentros internacionales, que se muestran
incapaces de cumplir con su mandato.
Según Ecologistas en
Acción, el bloqueo constante de algunos países a los temas de
mitigación, la confianza en los mercados o el empeño por mantener falsas
soluciones, como la captura y almacenamiento de carbono, son algunas de
las peores noticias para el clima. El último informe del IPCC ha sido
claro al señalar que se está cerca de sobrepasar un incremento de la
temperatura global de más de 1,5 ºC y que se requiere una acción
inmediata capaz de reducir en al menos el 43 % de las emisiones
globales para 2030. A pesar de ello, muchos países siguen negándose a
poner una fecha de fin a los combustibles fósiles, dotar del
financiamiento y tecnologías necesarias, asumir las deudas del norte al
sur global o aceptar la desinversión de combustibles fósiles recogidas
en el Acuerdo de París.
En el plenario final de las
negociaciones, el Secretario General del Marco de las Naciones Unidas
para el Cambio Climático, Simon Stiell, manifestó que “todos los países
alcanzaron un Acuerdo en París que debe respetarse y no se puede elegir
que parte de ese acuerdo es mejor para cada cuál”. Además, lanzó su
compromiso para hacer pública la diferenciación obligatoria de todos los
asistentes, ya sean gobiernos, industria u ONG.
Incluso el
propio presidente del Órgano Subsidiario para la Implementación, Nabeel
Munir, concluyó el plenario final con estas palabras: “Hemos malgastado
un montón de horas humanas. No tenemos ninguna cuestión positiva que
llevar a casa hoy. A partir de ahora debemos trabajar para restablecer
la confianza. Tengamos presente el panorama general”.
Ante la
incapacidad de los gobiernos mundiales por aceptar la necesidad de un
cambio de sistema, que deje los combustibles fósiles bajo tierra y
cumpla con la justicia climática, la sociedad civil no se ha callado.
Una vez más, ha demostrado su fuerza en acciones y manifestaciones en
el lugar de las negociaciones.
La presencia de la próxima
Presidencia de la COP28, que ha sido rechazada por numerosas ocasiones,
ha encontrado la respuesta de las organizaciones sociales —entre ellas
Ecologistas en Acción— que exigen un régimen de incompatibilidades capaz
de echar a las empresas de combustibles fósiles y grandes contaminantes
de las negociaciones.
Durante las últimas horas del encuentro,
las organizaciones ecologistas, de jóvenes, de género e indígenas
hicieron pública su intención de incrementar la respuesta a la expansión
de nuevos proyectos petroleros, gasistas y extractivistas hasta poner
fin a los combustibles fósiles de una forma rápida, justa y definitiva.
Por ello anunciaron que el 15 de septiembre comenzará una acción global
para exigir “una fecha de fin a todos de los combustibles fósiles que
debe recogerse de forma clara entre las decisiones de la próxima cumbre
COP28”.
Ecologistas en Acción ha vuelto a señalar en Bonn que los
gobiernos están demasiado lejos de enfrentar de una forma efectiva la
lucha climática y que, ante su inacción, seguirá “trabajando
incansablemente para cambiar el sistema extractivista, capitalista,
patriarcal y basado en combustibles fósiles en estas cumbres
internacionales, en las calles y allí donde sea necesario”.