Los servicios de agua y saneamiento están a punto de colapsar, lo cual trae la amenaza de brotes de enfermedades.
‘Apenas una gota de agua para beber’: los niños de la Franja de Gaza no acceden al 90% de la cantidad habitual de agua que consumen
Según
los estándares humanitarios, la cantidad mínima de agua que se necesita
en una emergencia es de 15 litros, que sirven para beber, lavar y
cocinar.
Solo para sobrevivir, se estima que el mínimo es 3 litros diarios. Cientos
de miles de desplazados internos, la mitad de ellos niños, han llegado a
Rafah desde principios de diciembre y necesitan desesperadamente
alimento,
agua, refugio, medicinas y protección. A medida que la demanda aumenta,
los sistemas de agua y saneamiento de la ciudad están en un estado
extremadamente crítico. La reanudación de las hostilidades, unida a una
falta de suministro eléctrico, cortes de combustible,
acceso restringido e infraestructura dañada, ha causado que al menos el
50% de las instalaciones de agua y saneamiento estén dañadas o
destruidas.
El
impacto de esto sobre los niños es especialmente dramático, porque los
niños y niñas son también los más susceptibles a la deshidratación,
diarrea, enfermedades
y desnutrición. Todo ello puede suponer una amenaza a su supervivencia.
Ha aumentado especialmente la preocupación de enfermedades transmitidas
a través del agua, como diarrea crónica y cólera, debido a la falta de
agua segura (sobre todo tras las lluvias
e inundaciones de esta semana). Los oficiales ya han registrado 20
veces más la media de casos mensajes registrados de diarrea entre niños
menores de cinco años. También han aumentado los casos de sarna, piojos,
varicela y erupciones en la piel, y hay más
de 160.000 casos de infección respiratoria aguda. “El
acceso a una cantidad suficiente de agua limpia es una cuestión de vida
o muerte, y los niños y niñas de Gaza apenas tienen una gota para
beber”, afirma
la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. “Los niños y sus
familias consumen agua procedente de fuentes no seguras, que están
altamente salinizadas o contaminadas. Sin agua segura, muchos más niños
morirán debido a las privaciones y enfermedades
en los próximos días”, asegura. En
los refugios de la Franja, largas colas de mujeres y niños exhaustos
esperan para utilizar, de media, un retrete por cada 700 personas, lo
que obliga
a la gente a recurrir a otras estrategias de supervivencia, como el uso
de cubos o la defecación al aire libre. La disponibilidad de duchas es
aún menor, lo que reduce las opciones de higiene a casi inexistentes,
afectando especialmente a mujeres y niñas.
Esta situación puede provocar un aumento de la propagación de
enfermedades. UNICEF,
junto con sus aliados, está proporcionando combustible para el
funcionamiento de pozos y plantas desalinizadoras, para transportar agua
en camiones
cisterna y para gestionar los residuos y las aguas residuales. También
está suministrando agua embotellada y bidones, logrando así llevar agua
potable a más de 1,3 millones de personas desde el comienzo de la
crisis.
Además,
UNICEF ha distribuido más de 45.000 bidones, más de 130.000 kits de
higiene familiar -incluidos productos de salud e higiene menstrual- y
cientos
de miles de pastillas de jabón. Desde el comienzo de la crisis, UNICEF y
sus aliados han entregado suministros higiénicos a más de 189.000
personas y han prestado servicios de higiene y saneamiento a más de
400.000 personas. Durante la pausa humanitaria, y
a pesar de las condiciones de acceso extremadamente difíciles, UNICEF
también pudo llegar al norte de la Franja de Gaza y distribuir allí
260.000 litros de agua y 10.000 kits de higiene. En
el paso fronterizo de Rafah están esperando generadores para hacer
funcionar instalaciones esenciales de agua y saneamiento, tuberías de
plástico para
realizar reparaciones a corto plazo, así como material de construcción
para soluciones rápidas de saneamiento, pero no pueden cruzar a Gaza
debido a las restricciones de acceso impuestas a dichos suministros, que
son necesarios para garantizar el restablecimiento
de unos servicios mínimos de agua y saneamiento fundamentales para la
supervivencia de la población.
"Estamos
haciendo todo lo que podemos para cubrir las necesidades de la
población de Gaza, pero los equipos y suministros que hemos conseguido
proporcionar
distan mucho de ser suficientes", ha declarado Russell. "Los constantes
bombardeos, junto con las restricciones a los materiales y el
combustible permitidos en el territorio, están impidiendo avances clave.
Necesitamos urgentemente estos suministros para reparar
los sistemas de agua que han resultado dañados”. UNICEF sigue pidiendo un acceso humanitario rápido, seguro y sin trabas a todos los niños y familias que lo necesitan, dondequiera que se encuentren. Eso incluye permitir que se atiendan las necesidades de agua y saneamiento en la Franja de Gaza mediante la restauración y rehabilitación de la infraestructura existente, y que todas las partes cumplan con sus responsabilidades jurídicas internacionales de proteger las instalaciones de agua y saneamiento y a los trabajadores encargados de garantizar su mantenimiento y reparación. |