La Guardia Civil en La Rioja ha intervenido un total de 430 kilos de caracoles y caracolas silvestres que iban a ser transportados hasta la provincia de Albacete para su venta ilegal. El cargamento carecía de cualquier tipo de control sanitario, lo que suponía un grave riesgo para la salud pública.
La Guardia Civil intercepta 430 kilos de caracoles y caracolas silvestres destinados a su venta ilegal en Albacete




Durante
uno de los dispositivos de seguridad establecidos, agentes del Puesto de la
Guardia Civil de Aldeanueva de Ebro procedieron a la interceptación de una
furgoneta sospechosa en el término municipal de Rincón de Soto.
Tras identificar al conductor, los agentes le preguntaron por la carga que transportaba. El hombre indicó que se trataba de caracoles, lo que despertó las sospechas de los agentes, ya que el vehículo no estaba habilitado como frigorífico ni disponía de ningún sistema de refrigeración visible, condiciones necesarias para el transporte seguro de este tipo de mercancía.
En
el interior de la furgoneta se localizaron 16 cajas, cada una con dos mallas de
caracolas, que arrojaron un peso total aproximado de 160 kilos. La carga
carecía de trazabilidad, al no contar con etiquetado identificativo ni
documentación que acreditara su procedencia.
Durante
la inspección, el conductor admitió que la mercancía procedía del mercado
ilícito y que los caracoles y caracolas eran recolectados en campos de
alcachofas de la zona, donde los adquiría a diario para almacenarlos en una
nave equipada con cámara frigorífica. Según explicó, en dicha nave les colocaba
etiquetas antes de transportarlos a la provincia de Albacete para su venta.
Tras
ello, los agentes procedieron a tramitar la correspondiente propuesta de
sanción por infracción grave a la Ley de Ordenación de los Transportes, debido
a la carencia, falta de diligenciado o ausencia de datos esenciales en la
documentación de control, estadística o contable cuya cumplimentación resulte
obligatoria, lo que conlleva una multa que puede oscilar entre 401 y 600 euros.
Seguidamente,
los hechos fueron puestos en conocimiento del Servicio de Protección de la
Naturaleza (SEPRONA), que se desplazó hasta la nave junto a veterinarios del
Gobierno de La Rioja. En la inspección, encontraron en una cámara frigorífica
otros 270 kilos de caracoles y caracolas almacenados, que también carecían de
trazabilidad sanitaria, procediendo a la inmovilización y decomiso de un total
de 400 kilos de caracolas y 30 kilos de caracoles, con el fin de evitar su
salida al mercado y prevenir posibles riesgos graves para la salud pública.
Tras
la intervención, los agentes del SEPRONA interpusieron una denuncia
administrativa, al amparo de la Ley 17/2011, de 5 de julio, sobre seguridad
alimentaria y nutrición, por la compra de caracoles en el mercado ilegal
destinados al consumo humano, sin que se pudiera acreditar su origen ni
garantizar la trazabilidad del producto, así como otra denuncia adicional por
vulnerar la normativa vigente en materia de sanidad alimentaria, etiquetado y
transporte de mercancías perecederas. Las sanciones, en los casos en que no
exista riesgo para la salud publica pueden alcanzar los 5000 euros.
Asimismo,
otra denuncia al amparo de la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad
que prohíbe en su artículo 54 dar muerte, dañar, molestar o inquietar
intencionadamente a los animales silvestres, incluyendo su retención, captura
en vivo y recolección, así como la posesión, transporte, tráfico y comercio de
ejemplares vivos o muertos o de sus restos sin autorización, pudiendo
constituir infracción grave sancionada con más de 3001 euros.
La Guardia
Civil recuerda que la comercialización de alimentos sin garantías
higiénico-sanitarias supone un grave peligro para la salud de los consumidores,
especialmente cuando se trata de productos recolectados en entornos no
controlados. Asimismo, hace un llamamiento a la ciudadanía para que adquiera
productos únicamente en establecimientos autorizados y debidamente
identificados.