Ambas entidades estudian nuevas fórmulas de colaboración a partir de proyectos de compostaje desarrollados en centros ocupacionales y educativos.
El Consorcio RSU de Ciudad Real y la Asociación Laborvalía estudian posibles proyectos de colaboración de inclusión y sostenibilidad




El Consorcio de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) de Ciudad Real se ha reunido con Laborvalía en la sede de la Asociación para conocer los proyectos que ambas entidades desarrollan en materia social y medioambiental, relacionados con la inclusión y la sostenibilidad, con el fin de estudiar nuevas líneas de colaboración.
Durante el encuentro entre el gerente del Consorcio RSU, José Manuel Labrador, y el gerente de Laborvalía, Alfonso
Gutiérrez, han planteado nuevas vías de colaboración. En este marco, Labrador
ha destacado la importancia de “impulsar este tipo de proyectos que favorecen
la integración laboral y, si además se vinculan al cuidado del medioambiente,
la repercusión es doblemente positiva. A través de la colaboración con
Laborvalía queremos seguir potenciando este trabajo conjunto”.
Actualmente, RSU
Ciudad Real desarrolla proyectos de compostaje inclusivo en diferentes centros
ocupacionales y educativos: en el Centro Ocupacional ADIN de Villanueva de los
Infantes; el Centro de Atención a Personas con Discapacidad (CADI) de
Manzanares; el Centro de Educación Especial Puerta de Santa María (Ciudad Real)
y la Asociación Fuensanta (Ciudad Real).
En estos espacios se está implantando un sistema de autocompostaje que permite
a los usuarios, con la supervisión de técnicos especializados del Consorcio, transformar
los residuos orgánicos en compost de calidad, que después se utiliza como
fertilizante en huertos y jardines, cerrando así el ciclo de los residuos.
El proceso está basado en la reutilización de residuos orgánicos que se llevan
a las composteras y se mezclan con un estructurante, como restos de poda. Las
bacterias, hongos y otros microorganismos transforman la materia orgánica en
compost de alta calidad, libre de patógenos.
Desde el Consorcio, “se realiza un asesoramiento permanente al proyecto y
mediante una aplicación donde se monitorean parámetros como la temperatura,
humedad o nivel de llenado, pueden realizar el seguimiento de todo el proceso
en remoto, para asegurar que se realiza adecuadamente”, resaltó Labrador.
Tanto desde RSU como desde Laborvalía se coincidió en que este tipo de
proyectos son un buen ejemplo para fomentar la inclusión laboral a través de la
sostenibilidad. Una iniciativa que tiene como base la unión de esfuerzos entre
ambas entidades, en beneficio de las personas y del entorno, para abrir nuevas
vías de colaboración en el futuro.