A lo largo de estos 4 años que he llevado los designios de la AECC en Ciudad Real, he hecho coincidir la pacífica alegría de los voluntarios trabajando para que, en su aldea, pueblo o ciudad, no faltara el consuelo, con el dolor de la muerte y el sufrimiento de quien queda.
Marciano Sánchez Cabanillas deja la presidencia de la AECC de Ciudad Real




No diré que no hay nostalgia en este escrito. Estos 4 años
han estado marcados por mi orfandad. Murió mi madre, de cáncer, el mismo día
que llegué a la presidencia. Murió un amigo con el que compartí mucha vida,
mucha poesía. Murió mi padre y dos de sus hermanos. La muerte, siempre tan
fiel.
Pero, por otra parte, en este mundo dominado por lo
material, encuentras personas que dicen sí a planteamientos tan reales y
altruistas, tan lejanos de ese mundo materialista que se te enredan en el alma
y solo te queda agradecer. En los pocos días de soledad y meditación, pienso
que el consejo provincial que se formó en el 2021, fue un compendio de
sensibilidades difícil de volver a conseguir. Juan del Hierro, Juan Antonio
Romero, Javier Carreras, José Donoso, Paloma Ramírez, Mari Ángeles García de la
Galana, Ángel Fermín Pérez, Sebastián García, ... cada uno con su compromiso,
cada cual, con su flema, han dado todo lo que han podido y un poco más, porque
siempre se ha pedido un poco más en la lucha contra el cáncer.
En el periplo de un cuatrienio, entre todos los miembros, se
han rozado los 200.000 km medidos en cariño, dedicación a los demás y cercanía.
Los miedos a la responsabilidad del inicio, se fue tornando
en el deseo personal de atender a la vida. La propia y las ajenas. Lo que
encontramos asociado al cáncer, era siempre la muerte. Después de unos meses,
nuestra propuesta fue asociar siempre, cáncer a vida. No fue fácil. Hubo que
acondicionar la mente y ajustar las piezas de nuestras numerosas juntas
locales. Poco a poco ese poso de rebeldía que es la costumbre, fue tornándose
en confianza y para mí, una de las mayores satisfacciones ha sido el trabajo
codo a codo con el territorio, con nuestras voluntarias y voluntarios en sus
pueblos.
Pasaban los meses y cada vez más, sentíamos el aliento de la
sociedad, sentíamos la cercanía y la necesidad de que estuviéramos ayudando a
hacer más llevadera una lacra, que de una u otra manera, a todos nos golpeaba.
Leí en la Excma. Diputación, un alegato para alejar a
nuestros jóvenes del tabaco. Todos y todas las diputadas, de cualquier signo
político, se unieron al alegato haciéndolo suyo. Fue emocionante, ver que las
causas importantes para los ciudadanos, están muy por encima de credos y de
creencias. Es aquí donde quiero agradecer a las instituciones su interés y
ayuda. Ayuntamientos, Diputación, Junta de Comunidades, Gobierno, Guardia
Civil, Policía Nacional y Policías Municipales, Jueces y Fiscales, Colegios
Profesionales, Universidad y a nuestra sanidad. Cuánto hemos peleado en estos
cuatro años, querido Jesús, por una mesa del cáncer. Gracias.
Aún me emociona, el cariño con que nuestro Rector Magnífico
me consoló por no conseguir que viniera a Ciudad Real la cátedra de
humanización de la matemática oncológica e IA, a pesar de que la red de
cátedras de la AECC, partió de nuestro consejo.
Los medios de comunicación también se han volcado. Si nos
hemos sentido cuidadores ha sido porque nos habéis puesto el altavoz para
llegar a más personas, porque hemos sido imagen e incluso protagonistas del
respeto que debemos a nuestros pacientes. Eso se lo debemos a los grandes
profesionales de la comunicación que tenemos en nuestra provincia.
En estos 4 años hemos ido filtrando los lodos de las
escorrentías, de tanto como ha llovido y se ha hecho en esta asociación y hoy
podemos decir que hemos separado el agua clara del barro que muchas veces
enturbia todo el trabajo bien hecho, que es mucho y muy efectivo. Gracias a los
profesionales que se han dejado enredar y han creído.
Impresiona ver la bondad y la solidaridad que tenemos en la
provincia y que se traduce en unos casos, en el acompañamiento directo a los
pacientes y en otros, en la ayuda económica que tanto personas como empresas y
administraciones nos han hecho llegar por los medios que han considerado.
Las acciones altruistas, tienen la capacidad de convertirse
en recuerdos y estos recuerdos, en mi caso, siempre serán el deseo personal de
convertirse en vida, de atender con amor a la vida, la propia y la de los
pacientes y cuidadores.
Y todo tiene un inicio y un final y cuando se repasa aquello
que, sin pertenecerte del todo, tienes la necesidad de tocarlo, siempre faltan
unos centímetros para llegar. Pero siempre hay mucho que agradecer y siempre
existen motivos para agradecer.
Así pues, gracias a todas las personas que me han hecho mejor
en estos cuatro años.
Y ahora me toca a mí, poner vida a los años...
Y todo sigue.