Los podólogos aconsejan un cambio gradual del calzado de verano al de otoño-invierno

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El Colegio Oficial de Podólogos de Castilla-La Mancha (COPCLM), con su presidenta a la cabeza, Elena Carrascosa, aconseja a la población que de cara al cambio de calzado, de la estación estival al otoño, realice una transición gradual, usando los zapatos del verano por periodos cortos en casa para adaptarlos, y así prepare los pies para un calzado cerrado, con una buena hidratación y eliminación de las durezas, en caso de ser necesario.

 Un proceso que en los últimos días ha llegado de golpe con una bajada drástica de las temperaturas y precipitaciones, aunque todavía vendrán en las próximas semanas nuevos cambios meteorológicos con temperaturas más cálidas.

 En este sentido, desde el órgano colegial insisten en que para el calzado de invierno, siempre que sea posible y la economía de cada hogar lo permite se debe optar por el uso de calzados de cuero o materiales impermeables, con buenas suelas de goma y tacos para proteger del frío, la lluvia y el hielo. Es imprescindible también que nos aseguremos de que los zapatos estén bien cosidos y sellados para evitar filtraciones indeseadas y proteger así adecuadamente nuestros pies que es sobre los que se sustenta nuestro cuerpo.

 El abuso de determinado tipo de calzado durante el verano o el no uso en zonas de piscina y por tanto de humedad, como las chanclas, desencaderná ahora en otoño, en opinión de Carrascosa “un aumento de las consultas de podología por fascitis plantares, también problemas asociados a lesiones víricas, como el papiloma plantar”.

 La presidenta del Colegio de Podólogos de Castilla-La Mancha insistió en que “el calzado es el responsable de muchas de las patologías de los pies que tratamos en nuestras consultas, sobre todo por el abuso de tacones y punta estrecha”. Por ello, agregó que adaptemos el tipo de calzado a la actividad que vayamos a realizar, en función de si pasamos muchas horas de pie o estamos sentados en una oficina, y que sea biomecánicamente estable y reúna características de anchura, puntera y pala y deje albergar adecuadamente los dedos. El material del calzado debe ser transpirable y tener una buena sujección, y una suela antitranspirable.

 Para preparar el cambio de calzado y adaptar tus pies a la nueva estación los podólogos aconsejan:

   Hidratación profunda: Aplica cremas hidratantes con urea o aceite de almendras en tus pies para nutrir la piel y prevenir la sequedad y las grietas que pueden aparecer con los zapatos y botas cerradas.

2.   Hidratación después del ducha: Un buen momento para masajear los pies y aplicar cremas es después de la ducha, cuando están secos y receptivos, para reducir la carga muscular y mejorar la circulación.

3.   Retirar durezas: Si tienes callosidades o durezas, visita al podólogo antes de empezar a usar calzado cerrado para que te los elimine.

4.   Actividad física: Mantén tus pies activos realizando ejercicios para mejorar su tono muscular y funcionalidad, especialmente después del uso prolongado de calzado cerrado.

 Cómo elegir el calzado de invierno más adecuado:

.Materiales impermeables: Opta por cuero, plástico, o versiones con recubrimientos impermeabilizantes para protegerte del agua y la nieve.

2.   Suelas de goma con tacos: Elige suelas de goma con tacos o buena banda de rodadura para evitar resbalones en superficies húmedas o heladas.

3.   Sellado y costuras: Asegúrate de que el calzado tenga las costuras bien selladas y el talón bien unido al material para evitar la entrada de agua.

4.   Aislamiento: Revisa que el aislamiento del zapato sea el adecuado y la suela no sea de cuero, que no proporciona suficiente aislamiento térmico.

5.   Tacón moderado: Los podólogos aconsejan usar tacones moderados, con entre dos y cuatro centímetros, por encima de esa altura recomiendan o bien desecharlos o usarlos en ocasiones puntuales como la celebración de un evento.