“Soy feminista porque soy socialista”. Esta es una frase que hemos repetido hasta la saciedad desde el PSOE, pero a la luz de los últimos acontecimientos es evidente que algunos ‘compañeros’ se han reído en nuestra cara.
¿En un partido feminista puede haber un putero como secretario de organización?
El PSOE está herido, una herida que supura infección y que es mucho más profunda de lo que se aprecia a simple vista.
Porque, aunque nuestro partido
haya sido pionero en la lucha de las mujeres y no hay más que leer el BOE para comprobarlo, la gestión interna
del ‘caso Salazar’
ha infectado la herida
infligida por un machismo que se niega a desaparecer.
Es legítimo que nos hagamos
preguntas. ¿En un partido feminista puede haber un putero como secretario de organización? ¿Es casualidad que hayan desaparecido las denuncias por acoso contra uno de los “hombres del
presidente”?
La repuesta a esta última cuestión
es evidente y, aunque duela, hay que decir que no es casualidad y que se ha querido
dejar pasar el “mal trago” mirando para otro lado para ver si,
con suerte, caía en el olvido.
Es imposible que no se conociera
el comportamiento de Paco Salazar, que ha trabajado durante años en la Moncloa,
igual que es imposible que no se conociesen los “asuntos” de Ábalos, pero se
han minimizado. Es así de simple y así de doloroso.
Hoy voy a parafrasear a una compañera: “estamos hasta el moño”, lo que es una manera fina de expresar hasta donde estamos las mujeres del Partido. Porque toda esta situación es una puñalada en las espaldas de infinidad de compañeras que durante décadas hemos trabajado dentro y fuera del partido para construir una sociedad más igualitaria y justa, pero ¿cómo pretendemos una sociedad más igualitaria si nuestro partido no lo es?
Está claro, hay mucho por
hacer, pero ahora la dirección federal debe dar explicaciones claras, creíbles
y razonadas; tomar decisiones y asumir las responsabilidades políticas que
toquen. No vale “ganar tiempo”,
porque el enfermo
no lo tiene y se muere sin remedio si no
se le suministra el tratamiento oportuno.
De manera que como la
dirigencia está al servicio del partido, y no al revés, lo que ahora procede es
una operación a corazón abierto por no haber suministrado antibióticos a tiempo.
Esa intervención debe ser una investigación seria que, con todas las garantías, dirima las responsabilidades de lo ocurrido, porque cerrar en falso esta herida hará que la infección se extienda por todo el organismo dejándolo tocado de muerte.
En resumen, solo tomar medidas
que, por más agresivas y dolorosas que sean, puedan limpiar la infección desde dentro para salvar al PSOE. Un enfermo que, con más de 140 años
de historia, nos ha llevado
a conquistar cotas de progreso
e igualdad utópicas
en 1879 y que
estamos en la obligación de salvar.
Caiga quien caiga.
Blanca Fernández
Morena
Vicesecretaria general
de la Ejecutiva Provincial del PSOE de Ciudad Real
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