La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, y los consejeros de Educación de las diferentes comunidades autónomas han acordado en la celebración de la Conferencia Sectorial de Educación celebrada este miércoles que el curso termine el 30 de junio y no se otorgue el aprobado general, además de que a través de la evaluación continua se establezcan las máximas garantías para que la repetición sea una medida extraordinaria.
CSIF exige reducción de ratios y más docentes para abordar el curso 2020-2021
Sobre la vuelta a clase presencial o qué hacer con los contenidos
que no se han podido adelantar durante este período, CSIF señala que no ha
habido un consenso general y se ha acordado que se irá evaluando según
evolucione la epidemia. El Ministerio se ha comprometido a redactar una Orden
Ministerial para intentar unificar las medidas generales y evitar así,
disparidad entre las comunidades autónomas.
CSIF aplaude que no se haya caído en la tentación populista y que
el Ministerio haya tenido, esta vez sí, el liderazgo esperado. Para el
sindicato, las peticiones de aprobado general y seguir con clases en julio son
contrarias a los principios educativos lógicos. La propuesta de Orden
Ministerial es satisfactoria, ya que se corría el peligro de aumentar las
desigualdades educativas entre las comunidades autónomas.
En este punto, CSIF exige celeridad al Ministerio de Educación
para publicar dicha Orden y a las administraciones educativas autonómicas
instrucciones claras para acabar con la actual incertidumbre entre el
profesorado, alumnado y sus familias.
Ante la posibilidad de que algunas comunidades autónomas puedan
establecer clases de refuerzo durante el mes de julio para alumnado con
necesidades educativas, CSIF insiste que éstas deben ser impartidas por
profesorado voluntario remunerado al efecto. En ningún caso estas clases deben
ser una prolongación del calendario escolar ordinario, que finaliza el 30 de
junio.
Respecto al caso de Castilla-La Mancha, CSIF se muestra contrario
a las instrucciones remitidas a los centros educativos el pasado lunes, las
cuales no han sido negociadas con las organizaciones sindicales y que mantienen
el adelanto de los exámenes extraordinarios de septiembre a junio.
Pero el trabajo no puede acabar aquí y es necesario abordar de
manera decidida el curso que viene. Como ya denunció CSIF en su estudio
reciente, el sistema educativo tiene problemas estructurales graves y que esta
crisis puede agravar, pero que desde luego no han sido creados por la epidemia.
El curso que viene las diferencias de niveles entre el alumnado se
podrán ver aumentadas por la actual situación. CSIF exige soluciones para estos
problemas, negociando medidas urgentes para ser implantadas en el comienzo del
siguiente curso: reducción de ratios, aumento de plantilla para apoyos y
desdobles, así como mayor dotación de recursos humanos para Orientación
Educativa. Con estas premisas se podrá mejorar la atención a la diversidad y
atender a las necesidades de todo el alumnado.
CSIF rechaza los debates estériles y retóricas ideológicas que
tanto daño han hecho a nuestro sistema educativo.