El servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha organizado equipos para la asistencia a pacientes que precisan fisioterapia respiratoria y motora debido a la debilidad adquirida en la Unidad de Cuidados Intensivos (DAUCI) tras padecer Covid-19.
El servicio de Rehabilitación del Hospital de Guadalajara organiza equipos para la atención a pacientes que precisan fisioterapia respiratoria y motora
Se trata de tres equipos
compuestos por un médico rehabilitador y dos fisioterapeutas para la atención a
pacientes ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos, la Unidad de Cuidados
Respiratorios Intermedios (UCRI) y la hospitalización de Neumología y Medicina
Interna, en base a los protocolos que ha elaborado el propio servicio y que se
basan en la literatura científica nacional e internacional.
La debilidad adquirida en la
Unidad de Cuidados Intensivos es común entre las personas que superan
enfermedades críticas, y consiste en la atrofia o pérdida de masa muscular y en
general limitaciones motoras y respiratorias, algo que se está haciendo
especialmente presente en pacientes afectados por Covid-19 y con tiempos de
estancia prolongados en hospitalización.
Esta debilidad se asocia a un
aumento de días de ventilación, mayor tiempo de ingreso en UCI y
hospitalización, así como morbilidad, mortalidad y limitaciones funcionales y
de la calidad de vida que pueden perdurar hasta cinco años después del ingreso
hospitalario.
Rehabilitación integral
Como explica la doctora Lourdes
Gil Fraguas, jefa del servicio de Rehabilitación, los pacientes que superan un
periodo prolongado en la UCI pueden presentar “mal estado funcional y graves dificultades en su movimiento con
debilidad, intolerancia al ejercicio, disfunción respiratoria y pérdida de
calidad de vida, y ello hace precisa una rehabilitación integral y no sólo pulmonar”.
Así, la fisioterapia motora para
tratar la DAUCI tiene como objetivo mejorar la capacidad funcional mejorando el
control postural, la movilidad, la fuerza en las extremidades y favoreciendo la
marcha autónoma, así como prevenir y reducir complicaciones como la rigidez
articular o la aparición de úlceras por presión, mejorar la adaptación a las
actividades de la vida diaria y, en definitiva, persigue una mejora de la
calidad de vida.
Por otra parte, la fisioterapia
respiratoria tiene como finalidad mejorar síntomas como disnea (dificultad para
respirar) y fatiga muscular, preservar y mejorar la función respiratoria y
facilitar el drenaje de secreciones, así como prevenir y reducir
complicaciones, mejorar la capacidad funcional y la adaptación a las
actividades de la vida diaria, mejorando la calidad de la misma.
Esta fisioterapia se aplica desde
la propia Unidad de Cuidados Intensivos y se hace un seguimiento a lo largo de
todo el proceso de hospitalización, una vez sale el paciente de la UCI, pasa a
una unidad de cuidados respiratorios intermedios (UCRI) y a la
hospitalización. Finalmente, se realiza seguimiento al paciente después de su
alta hospitalaria.
Este seguimiento se realiza a
través de llamadas telefónicas y material de apoyo como vídeos, folletos y
aplicaciones para la realización de ejercicios, y seguimiento presencial en el Servicio de Rehabilitación para los
pacientes con mayor deterioro funcional. En este
sentido, se apuesta por la continuidad asistencial a través del seguimiento
telefónico por parte del fisioterapeuta de Atención Primaria a los pacientes que presentan afectación funcional
leve postCovid.
El servicio de Rehabilitación ha
creado también su propio material, mediante documentos y vídeos con
instrucciones para la realización de ejercicios respiratorios y también para
mejorar la funcionalidad de pacientes con Covid-19 ingresados y en su
domicilio.
Por otra parte, han elaborado material
formativo en relación a las normas de cambio posturales, dirigido al personal
de las unidades de hospitalización.
La fisioterapia forma parte del
tratamiento multidisciplinar de aquellos pacientes diagnosticados de Covid-19
que hayan precisado asistencia hospitalaria y cumplan los criterios
establecidos en los protocolos del servicio de Rehabilitación, especialmente
dirigidos a las unidades de UCI y UCRI, a través de un tratamiento
individualizado y adaptado para cada paciente.