CSIF reclama refuerzo de plantillas en Paradores para garantizar las medidas de seguridad e higiene en los ocho establecimientos de la región

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La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) reclama un refuerzo de plantillas en los Paradores de Castilla-La Mancha para garantizar las medidas de seguridad e higiene mientras dure la pandemia por coronavirus. Los ocho paradores de la región (Alarcón, Albacete, Almagro, Cuenca, Manzanares, Oropesa, Sigüenza y Toledo) cuentan actualmente con una plantilla de 320 trabajadores.

Mañana, 102 días después de cerrar sus puertas, los establecimientos de Paradores retomarán la actividad con unas medidas de seguridad que, tal y como reivindica CSIF, deberían ser extremas tanto para empleados como para clientes. CSIF manifiesta su preocupación dado que pese a tener un personal muy justo, directores de Paradores han asegurado que no se necesitan refuerzos. El sindicato está en contra de una política de ahorrar costes en una época en la que no se puede jugar con la seguridad de los empleados. La seguridad también pasa por plantillas suficientes y equilibradas.

 

Desde CSIF estaremos vigilantes para que haya disponibilidad suficiente de mascarillas y equipos de seguridad necesarios, mamparas protectoras, así como la cartelería informativa. Asimismo, el lavado de uniformes deberá realizarse en los centros de trabajo siguiendo el protocolo establecido.

 

El presidente de Paradores, Óscar López, ha manifestado que la empresa pública ha sorteado esta crisis del COVID-19 sin necesidad de pedir ninguna línea de crédito. CSIF exige que ahora esta buena salud económica se demuestre en el quehacer diario de los empleados: que se respete, como hasta ahora, la rotación de turnos los fines de semana, se aumente para las camareras de piso el tiempo estipulado para la limpieza de habitaciones y que la empresa no se escude en la necesidad de recuperar lo perdido para no respetar lo pactado con los trabajadores.

 

En este sentido, CSIF subraya la “responsabilidad y flexibilidad” que ha demostrado la plantilla de Paradores ante el cierre de los establecimientos como consecuencia del confinamiento por la crisis de la COVID-19 y recuerda que, en primer lugar, cedieron sus días de exceso de jornada resultante de las horas trabajadas de más el pasado año (una reducción de entre el 23 y el 50 por ciento salarial en función del puesto). Posteriormente, los trabajadores y trabajadoras aceptaron el permiso retribuido que han de abonar a partir de ahora con tiempo de trabajo en ampliación de jornada hasta finales de año.