El número de contagios por la Covid-19 en el sector del transporte sanitario en Castilla-La Mancha ha sido inferior al de la media del conjunto de sanitarios en el país y similar al de la población general de la región. Y aunque se han vivido momentos duros y difíciles, sobre todo al principio, el trabajo de los técnicos de ambulancias se ha caracterizado por la profesionalidad.
La incidencia del Covid-19 en el servicio de transporte sanitario de Castilla-La Mancha ha sido similar a la de la población general
José Ramón
Fernández, gerente de SSG en Castilla-La Mancha, considera que los trabajadores
han respondido de una forma “espectacular”. “La respuesta ha sido desde el
principio muy profesional, a pesar de la incertidumbre inicial, hemos ido
adaptando los protocolos de un día para otro, conforme los compañeros del
SESCAM nos daban instrucciones o los Servicios Centrales de la empresa
establecían una nueva organización de los servicios, para aumentar la
protección tanto de los propios trabajadores como de los pacientes”.
Agustín
Alcolea, del Soporte Vital Básico de la localidad de Socuéllamos, asegura que
durante la pandemia “se han vivido algunos momentos muy gratos, como cuando el
SESCAM daba de alta a un paciente y participábamos en su incorporación al
ámbito familiar, y otros muy entrañables, como cuando se homenajeaba a
profesionales, pero también momentos muy duros y difíciles, sobre todo al
principio cuando no había medios de protección y teníamos que improvisar con
materiales que teníamos a mano y que sabíamos que cumplían la función de
proteger”.
En la
empresa en la que trabajan José Ramón Fernández y Agustín Alcolea la incidencia
de la pandemia ha sido menor que la que se ha sufrido en el resto del sector
sanitario. “Con el último dato de que disponemos, en España la incidencia entre
el personal sanitario era superior al 6,9 %, en nuestra empresa no ha llegado
al 1% (en concreto el 0,96%)”, afirma Fernández.
Y es que,
asegura, del total de la plantilla (más de 1.100 trabajadores en Castilla la
Mancha) fueron sospechosos de estar infectados por el Covid-19 y vistos por el
servicio de prevención un total de 87 trabajadores; el 56,3 % fue considerado
negativo y el 43,7 % se puso en cuarentena. Una vez finalizada la cuarentena,
el 87,4 % recibió el alta. “En definitiva, solo el 12,6 % del personal puesto
en cuarentena resultó estar contagiado, esto supone un 0,96 % del total de la
plantilla”.
José Ramón
Fernández no oculta su orgullo por el trabajo de sus compañeros y del conjunto
del SESCAM, ya que esto ha permitido
prestar el servicio y conseguir que “la incidencia del Covid-19 en nuestra empresa esté muy próxima
a la general de la población en Castilla la Mancha que estaba en el 0,87 % a
principios de junio”.
En lo que se
refiere a la falta de equipos de protección que se leía en la prensa y de la
que el propio Ministerio de Sanidad alertaba, Fernández explica: “En general no
ha habido problemas, se han usado los que aportaba la empresa o los que
entregaba el SESCAM y se ha actuado siempre conforme a las disponibilidades de
material y de manera muy coordinada. Esto no quiere decir que no hubiera
tensiones y en ocasiones miedo, pero en el 99,9 % de los casos primó el atender
de manera segura a nuestros pacientes”.
Aun así,
reconoce que se han dado todo tipo de situaciones: “Desde técnicos que salían a
hacer los servicios sin esperar a que se les entregaran más medios de
protección que los usuales, hasta aquel que se negaba a poner en marcha la
ambulancia si no se le entregaban los papeles que indicaban que el material
estaba homologado. Todas esas situaciones creo que, por los resultados, las
hemos gestionado de una manera satisfactoria para la seguridad de todos”,
finaliza.