La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) reclama un Plan de contingencia y seguimiento específico para cada uno de los 19 centros sociosanitarios (residencias de mayores, personas con discapacidad y menores) de la Junta de Comunidades para afrontar con mayores garantías la posible aparición de nuevos rebrotes.
CSIF reclama un Plan de Contingencia y seguimiento frente a los posibles rebrotes del COVID-19 en las residencias
CSIF solicita que las
consejerías de Sanidad y Bienestar Social se coordinen para desarrollar un plan
de actuación que contemple todos los escenarios posibles en caso de positivos
para unos centros de titularidad regional que concentran a 2.500 trabajadores y
2.100 usuarios.
El sindicato recuerda
que el conjunto de los centros sociosanitarios de Castilla-La Mancha han sido
los espacios más golpeados por la crisis sanitaria, con 1.339 muertes asociadas
al COVID-19, por lo que es preciso aumentar la dotación de medios de protección
para usuarios y personal, así como reforzar los protocolos de seguridad en las
visitas a los centros.
No en vano, los datos del Proyecto Factores de Difusión COVID-19
en España del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) revelan que el personal
sanitario infectado y las residencias de ancianos han sido los principales
focos de contagio del coronavirus en la Castilla-La Mancha. Así, más allá de
los 19 centros de la Junta de Comunidades, el Gobierno regional debe extender y
aplicar este Plan de contingencia y seguimiento al resto de residencias de la
región, y es que un total de 242 centros sociosanitarios de la comunidad
autónoma, entre los cuales 23 están siendo investigados por la Fiscalía, han
contado con algún caso confirmado de coronavirus.
Dentro del Plan de
contingencia y seguimiento debe existir un procedimiento de vigilancia de la
salud que establezca dos acciones: establecer una estrategia para la
identificación mediante pruebas diagnósticas de aquellos asintomáticos
positivos, para su aislamiento y protección del resto de los usuarios y
trabajadores a fin de evitar la proliferación de nuevos contagios y la segunda
la de hacer un seguimiento periódico del estado de salud de aquellos que
superaron la enfermedad de cara a futuras secuelas que pudiesen desarrollar a
lo largo del tiempo.
Este Plan
debe contar asimismo con la evaluación de riesgos de los Técnicos del Servicio
de Prevención de Riesgos Laborales para conocer los diferentes grados y medidas
de prevención a aplicar, así como su verificación y la realización de cursos de
formación para los profesionales sanitarios de las residencias.
Para
asegurar la correcta asistencia es vital abordar la cobertura de personal para
asegurar la calidad del servicio, que no se baje la guardia una vez superados
los momentos más duros de la crisis sanitaria, ya que la pandemia ha expuesto
con toda su crudeza el déficit de las plantillas provocando el agotamiento de
las bolsas de trabajo. Asimismo, también deben abordarse la mejora de las
condiciones laborales.
En
definitiva, un Plan de contingencia y seguimiento en los centros con el
colectivo más vulnerable ante el coronavirus.