Tras escuchar las demandas de multitud de organizaciones agrícolas y ecologistas, y después de una semana de votaciones en las que la Política Agrícola Común (PAC) se ha ido vaciando de exigencias sociales y medioambientales, la coalición Unidas Podemos (Podemos, IU y En Comú Podem) ha votado ‘no’ a la posición adoptada este viernes por el Parlamento Europeo.
Unidas Podemos vota en contra de una propuesta de la PAC sin compromisos sociales y medioambientales
El pasado martes, cuando la cámara empezó a fijar su posición respecto al texto presentado por la Comisión Europea en 2018, Mª Eugenia R. Palop alertó
de que los acuerdos alcanzados “entre bambalinas” por populares (EPP),
socialistas (S&D) y liberales (Renew) apuntaban hacia una PAC
“escasamente redistributiva y que diluye las exigencias
medioambientales”. Este viernes, la sospecha de una PAC hueca se ha
hecho realidad. El texto aprobado no satisface las demandas de Unidas
Podemos sobre justicia en el reparto, definición clara y financiación
suficiente de las prácticas medioambientales, y condicionalidad social y
laboral de los fondos.
Entre las ausencias más graves está el rechazo al capping o
pago máximo de 60.000 euros, teniendo en cuenta que solo el 2% de los
beneficiarios reciben más de esa cantidad. S&D, Los Verdes y el
GUE/NGL defendían esta propuesta, pero populares y liberales han logrado
establecer el tope en 100.000 euros. “Los ricos seguirán cobrando de la
PAC”, ha resumido Rodríguez Palop.
Además, aunque sobre el papel
esta PAC tenga una arquitectura verde basada en los nuevos
‘ecoesquemas’ (incentivos para las prácticas ambientales), ni su
dotación económica será suficiente (un 20% de los fondos del primer
pilar, frente al 30% que proponía Unidas Podemos), ni las condiciones
para acceder a estos fondos garantizan que realmente sirvan para
desarrollar una agricultura más ecológica.
Por último, ninguna de
las enmiendas de condicionalidad laboral presentadas por varios grupos
políticos (S&D, Los Verdes y el GUE/NGL) han salido adelante. Es
decir, que una ajustada mayoría del Parlamento ha rechazado que los
fondos estén vinculados al respeto a los derechos laborales de las
personas que trabajan en el sector, y cuyas condiciones de remuneración,
alojamiento, salud y protección social a menudo no cumplen unos
estándares mínimos.
"Hemos pedido que se adapte la PAC a los
objetivos climáticos que se ha marcado la UE y esta propuesta no nos
ayudará a cumplir el Pacto Verde Europeo. Hemos pedido que se ajuste el
techo máximo de ayudas directas en favor de los pequeños productores y
esta propuesta sigue premiando a los grandes tenedores de tierra y a las
corporaciones agrícolas. Hemos pedido normas más estrictas para mejorar
las condiciones laborales de las personas que trabajan en el campo y
esta PAC continúa la línea de la precariedad. Hemos pedido medidas
específicas para romper la brecha de género y combatir la despoblación y
encontramos en esta nueva PAC una mera declaración de principios”, ha
resumido Sira Rego. “Con esta PAC, que rechazamos, solo
hay clara una cosa: los señoritos del barrio de Salamanca en Madrid
seguirán siendo los que más fondos europeos reciban, mientras ven desde
el sofá cómo nuestros pequeños agricultores se dejan la espalda en el
campo”, ha subrayado.
“Lamentablemente, esta PAC solo tiene un
bonito envoltorio verde. No va a servir para alcanzar los objetivos
medioambientales y de conservación de la biodiversidad de la UE, y puede
darle la puntilla a la agricultura traidicional y a las pequeñas
explotaciones. La definición de los ecoesquemas, por ejemplo, es
demasiado vaga y puede servir para hacer un greenwashing al agronegocio.
Estos esquemas serán obligatorios para los Estados y voluntarios para
los agricultores, pero lo importante es cómo se van a concretar en cada
país, y eso dependerá del signo de cada gobierno. Es una fórmula que no
queda atada y que por ejemplo considera que la agricultura de precisión y
la digitalización son ‘automáticamente’ prácticas ecológicas, cuando no
siempre es así”, explica Mª Eugenia R. Palop. “Lo que se contempla para
los jóvenes es escaso, y ya sabemos que no habrá digitalización del
campo si no hay relevo generacional. Sobre el enfoque de género de la
PAC, lo que recoge el texto es demasiado genérico como para tener una
incidencia real”, ha añadido.
Desde hace meses, la exclusión de
la izquierda europea (GUE/NGL) y de Los Verdes (Greens/EFA) de la
negociación no auguraba nada bueno. Además, el adelanto de la primera
sesión de voto y la imposibilidad de votar parcialmente las enmiendas
(split voting) han puesto en entredicho la discusión democrática de una
de las políticas más importantes de la Unión Europea por su dotación
económica (una tercera parte del presupuesto) y su impacto (solo en
España hay más de 725.000 beneficiarios). “Es probable que el texto
definitivo de la PAC sea menos verde aún, puesto que la división del
Parlamento y la exclusión de grupos importantes nos debilita de cara a
la negociación con el Consejo y la Comisión”, ha lamentado Rodríguez
Palop.